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CiU propone modificar la Ley de Subvenciones

CiU propone modificar la Ley de Subvenciones

El grupo parlamentario de CiU ha presentado una proposición no de ley en el Congreso de los Diputados en la que insta al Gobierno a modificar el marco normativo relativo a las subvenciones aplicables a las entidades sin ánimo de lucro de acción social.

El portavoz de Acción Social de CiU en el Congreso, Carles Campuzano, manifiesta que la Ley General de Subvenciones de 2003 nació con el objetivo de la incorporación de principios como el de transparencia y criterios de equilibrio presupuestario, pero que no atiende "la actividad que desarrolla el beneficiario de la subvención, o si se trata de una organización con o sin fines lucrativos a la hora de establecer las obligaciones derivadas de percibir una subvención".

La proposición indica que para "muchas ONG", la Ley General "significa un incremento importante de los gastos administrativos y una penalización desproporcionada por falta de justificantes", lo que supone "graves perjuicios para el tejido asociativo y perjudica especialmente a las organizaciones más pequeñas" y que "resulta apropiado y necesario regular la concesión de subvenciones públicas pero sin perder de vista las especificidades de las entidades sin ánimo de lucro de acción social".

Desde mi punto de vista, el mayor "coste" al que se tienen que enfrentar las ONGs más pequeñas, además del económico, es el elevado desgaste en "capital humano", lo que raramente es considerado por la administración y nuestras leyes. Una buena parte de las entidades sin ánimo de lucro de acción social, especialmente las pequeñas en recursos y grandes en voluntades, atiendes las especificidades de colectivos minoritarios, prácticamente invisibles a la sociedad.

El voluntarioso trabajo de los representantes y asociados, tiene que hacer frente a un sin fin de dificultades administrativas, prácticamente con los mismos requisitos de las "grandes" organizaciones y sin el apoyo estructural, pongamos por caso, de las Federaciones que dicen actuar en nombre de cada vez un mayor número de personas. Mientras, simultáneamente hay que hacer frente a las particulares dificultades por las que uno se integra y participa en alguna de estas pequeñas asociaciones de acción social y como todos los mortales, al resto de quehaceres de la vida cotidiana.

Existe una creciente demanda para la "profesionalización" de las organizaciones, algo posiblemente necesario en este entorno cada día más competitivo, la cuestión es ¿Con qué medios?. ¿Qué recursos, dispuestos de antemano, están disponibles?. El hecho de optar a una convocatoria, se obtenga o no la subvención, conlleva un importante número de horas y unos gastos administrativos generalmente no "compensados". Si además, la resolución es positiva, ese gasto se multiplica en progresión geométrica.

Es difícil evaluar el impacto que genera la actividad de las organizaciones no lucrativas, cuyo voluntarioso esfuerzo se centra en mejorar las condiciones de vida de las familias en cuyo seno existe una enfermedad poco frecuente. La soledad, el sufrimiento y las dificultades añadidas de pertenecer a un colectivo de enfermedades minoritarias son algo claramente puesto de manifiesto por numerosos estudios.

Las organizaciones creadas entorno a estos colectivos de personas, desarrollamos una labor necesaria y fundamental, basada en todo un conjunto de actitudes, valores, sentimientos y experiencias que forman parte de nuestra actividad asociativa, que por mucho que nos empeñemos, son intangibles, se resisten a mediciones meramente cuantitativas y difícilmente "profesionalizables" sin perder el sentido humano de nuestra labor.

Fernando Briones
Presidente AMSPW

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