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Blog Prader-Willi

Diferencias significativas en la comida preparada

Diferencias significativas en la comida preparada

Un helado ’Corneto Clásico’ es más pequeño en España que en Italia, Bélgica o Portugal; aunque su aporte calórico es el mismo. La chocolatina ’Kit Kat’ belga pesa cinco gramos más que las que se consumen en la península Ibérica. La pizza de queso de la marca Carrefour que se comercializa en Italia tiene tres veces más grasas que la española. Éstos son sólo algunos de los datos de un estudio elaborado por diversas organizaciones de consumidores comunitarias que alertan de las variaciones de la industria alimenticia.

La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) española ha colaborado con sus homólogas de Bélgica, Italia y Portugal para llevar a cabo este documento, publicado en el número 69 de la revista OCU Salud (2006). En total han evaluado 23 productos de comida rápida, platos preparados, aperitivos salados, barras de cereales, postres lácteos, quesitos y chocolatinas.

Sus conclusiones reflejan que existen significativas diferencias de peso y composición nutricional entre países pero que, además, algunas de las raciones han ido cambiando con el tiempo para adaptarse a los "gustos del público". Añade el informe que "hay productos cuya composición es claramente desfavorable para los consumidores de uno u otro país". Es el caso, por ejemplo, del helado ’Magnum Clásico’, más cargado de azúcar en el caso español, de modo que, "incluso siendo más pequeño, supera a los demás en aporte calórico".

El apartado dedicado a la comida rápida también refleja diferencias entre países, aunque destaca la favorable evolución histórica en la composición de algunos productos. Estos casos de "buena práctica" llevan a las organizaciones de consumidores a dos conclusiones.

  • Por un lado, "que un mismo alimento puede tener una composición mejor o peor desde el punto de vista nutricional, y por lo tanto debería imponerse la más equilibrada".
  • Por otro, "un alimento industrial o plato de comida rápida puede aligerar su composición sin dejar de ser aceptado por los consumidores. Y puesto que es posible, debe hacerse".

Estas organizaciones de consumidores critican a las empresas alimenticias por incluir entre sus reclamos publicitarios valores añadidos para sus productos, como ser ’light’, extragrande, muy barato o ir acompañado de "un regalito"... "Entre esos mensajes hay muchos que nos incitan a consumir habitualmente alimentos que por su alta densidad calórica o su contenido en sal, grasas o azúcares deberían tomarse sólo de modo ocasional".

Todos estos ’trucos’, concluye el estudio, "contribuyen a que el consumidor vaya aceptando como normales, sin hacerse muchas preguntas, las raciones que propone la industria. ¡Si cada vez son mayores, cada vez comeremos más, sin apenas ser conscientes de ello!".

La OCU no ha dejado pasar la presentación de este informe para criticar las polémicas hamburguesas, "fiel reflejo del fracaso de la autorregulación publicitaria en la que se han embarcado las autoridades sanitarias y la industria".

La obesidad forma parte de un círculo vicioso. Los reclamos publicitarios, además de aumentar el número de calorías diarias, desplazan el consumo de otros productos saludables. Cada vez más, empleamos menos horas al día para actividades al aire libre y nos exponemos más a la publicidad que fomenta el consumo de productos de bajo contenido nutritivo, casi siempre, promocionados con algún tipo de ’premio’.

Estos peligros también se dan en aquellos productos que contienen ’frutas’ o mezclan lácteos con ’zumos’ ya que, según los especialistas, además de no contar con una gran proporción de los ingredientes que dicen poseer, todos contienen una gran cantidad de azúcares.

Como afirman los expertos, la obesidad es el resultado de un conjunto de causas que van fomentando un estilo de vida que inevitablemente va ligado al sobrepeso en las sociedades modernas. La sociedad cada vez se parece menos a los pueblos donde lo habitual era que los niños jugasen en la calle todos los días a la salida del colegio, una dieta baja en grasas y azúcares, poca televisión y... menos ordenador.

Además de enfrentarnos al componente genético que favorece el sobrepeso y la obesidad, el Síndrome de Prader-Willi, viviendo en sociedades "modernas", toca a los padres, contra viento y marea, establecer hábitos saludables. Por si no lo tenemos complicado, aun más difícil.

Enviado por: F. Briones
Fuente: elmundo.es - 28/11/2006, María Valerio

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