Blogia
Blog Prader-Willi

Persona, Democracia, Discapacidad, Colectivo

Persona, Democracia, Discapacidad, Colectivo

Las reflexiones u opiniones que voy a exponer a continuación son fruto de los pensamientos que me fueron surgiendo tras la visita a mi domicilio de la persona enviada por la Comunidad de Madrid para la realización de la valoración de mi hijo y de mi marido para poder acceder a las prestaciones y ayudas que se supone corresponden a las personas que sufren algún tipo de dependencia, según la Ley de Promoción de la Autonomía Personal y Atención a las Personas en Situaciones de Dependencia.

Mi marido, con una discapacidad motora y siendo una persona adulta, y mi hijo, un niño de 9 años con una discapacidad cognitiva importante unida a una enfermedad minoritaria (Síndrome de Prader Willi) fueron valorados por el mismo “patrón” (se realizó en ambos casos las mismas preguntas sobre las diferentes actividades de vida diaria e incluso las mismas preguntas sobre temas como “rabietas”, “agresividad”, “sueño-descanso-dormir”... No me parece estar equivocada al decir que las necesidades de ambos necesitan de diferentes métodos y ayudas para paliar y confortar a cada uno de ellos.

Quizás, mi marido, necesita de una serie de ayudas técnicas mecánicas (ortopedia, adaptaciones, eliminación de barreras arquitectónicas,...) y mi hijo necesitará una serie de apoyos y cuidados mucho más complejos. Lo único que tienen en común es pertenecer a un grupo de personas llamado “discapacitados”, “dependientes” o cualquier otro nombre que decidamos ponerles y que resulte más correcto políticamente.

En estos días, previos a campaña electoral, se nos esta avasallando sobre la democracia en España, ya llevados 30 años de democracia y se ha celebrado su aniversario, como viene sucediendo año tras año. También en estos meses pasados se esta hablando de la “discapacidad”, de la “integración”... y es más, se nos quiere hacer ver que también existe la democracia dentro de ese grupo llamado “discapacidad”. Han sido capaces de reunirse con los responsables de las diferentes y grandes Federaciones, Asociaciones de Personas con Discapacidad que dicen ser representantes de este colectivo de personas y mi pregunta es: ¿Cómo me puede representar y es más, representarme una persona a la que yo no he votado? ¿Cómo son utilizados mis datos, aunque sean únicamente estadísticos, y a que precio se valoran? ¿Estamos siendo tratados como moneda de cambio?.

Quizás soy optimista y tengo confianza en esta nueva Ley que aún nadie sabe como se va a desarrollar, parece que la sociedad intenta sensibilizarse, quizás por propia necesidad, y puedo percibir algunos cambios, sobre todo lingüísticos, como usar en vez de “minusválido-discapacitado”, “integración-inclusión”, “necesidades especiales-necesidades específicas”... También soy optimista, por que creo que una vez recopilados los datos de las valoraciones que se van realizando a todas estas personas con necesidad de apoyos, se podrá apreciar y valorar las necesidades reales existentes y eso será bueno para poder satisfacer a todo este colectivo de forma individual y personalizada.

No toleremos el tener que ser valorados todos por el mismo “patrón” y exijamos ser tratados como personas que cada una de ellas es “única”. Las diferentes herramientas usadas para la llamada “integración” y que en el día de hoy ya podemos ver sus resultados en una generación de personas que han hecho uso de ellas, nos esta demostrando que no han sido satisfactorias en mucha parte del mundo de la discapacidad, lo cual demuestra que este grupo no es homogéneo (motora, sensorial, cognitivo) y por tanto una valoración igual para personas diferentes, si no se valora bien los resultados, nos conlleva a una nueva generación de personas con diferencias funcionales “des-incluidos” o “no integrados”.

Las personas con alguna necesidad, no han escogido esta situación y por ejemplo, el Presidente del Gobierno (que voluntariamente a elegido su situación) y al que se le reconoce democráticamente sus obligaciones y derechos, que respeto, dispone de unas ayudas especiales o específicas para poder desarrollar su labor y para facilitarle su vida, pudiendo contar para ello de una casa adecuada, un servicio capaz de cubrir sus necesidades, y otros apoyos. ¿Podemos decir que el Sr. Zapatero es una persona con discapacidad, ya que sin esas ayudas y estructuras no puede realizar una labor específica?.

Creo que por el momento es suficiente y debo dejar este escrito para poder atender a una “personita” que sin el apoyo de los suyos... “no es capaz de valerse”.

Enviado por: R. Nadal

Enlaces relacionados:

Indignado con la Ley de Dependencia

Madrid pide al Estado reducir el gasto publicitario en materia de dependencia

El proyecto de Ley PAPAD, olvida muchas familias

Manifiesto del CERMI Estatal

Caldera se compromete...

1 comentario

Fernando -

Aun siendo una Ley necesaria, su planteamiento, como era previsible y está comprobandose, es deficiente (aplicación de baremos que dan resultados sorprendentes y erróneos, por ej.) y una más que dudosa asignación de recursos, sin avanzar hacia la autonomía real de las personas dependientes.