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La obesidad altera el sistema cerebral que regula el apetito

La obesidad altera el sistema cerebral que regula el apetito

La obesidad puede convertirse en un círculo vicioso para el que la sufre. Científicos estadounidenses han demostrado que esta enfermedad llega a alterar el sistema cerebral que regula el apetito y en el que la hormona leptina es una pieza clave.

FUENTE: ABC Periódico Electrónico S.A.

Esta hormona, segregada por las células del tejido graso puede suprimir la ingesta de comida alterando las células cerebrales que controlan las ganas de comer. En personas obesas se produce una resistencia a la leptina en la que el organismo no responde a los efectos de la hormona para suprimir el consumo de comida.

Los investigadores del Oregon National Primate Research Center en Portland (Estados Unidos) han visto cómo en ratones sometidos a una dieta en grasa se alteraba este sistema para regular el apetito. Las conclusiones se publican en la revista Cell Metabolism. El estudio identifica también un gen, el SOCS-3, que participa en el funcionamiento de la leptina y que podría convertirse en una posible diana para nuevos tratamientos farmacológicos dirigidos a la pérdida de peso.

En el estudio los investigadores analizaron dos grupos de ratones que fueron alimentados con una dieta alta y baja en grasas respectivamente. Con el paso del tiempo, el grupo alimentado con la dieta alta en grasas desarrolló síntomas de diabetes y obesidad, como a menudo se produce en los humanos. El grupo alimentado con una dieta baja en grasa no mostró tales problemas de salud.

Según los investigadores, los resultados muestran cómo una porción del hipotálamo cerebral denominada «núcleo arqueado» se ve afectada de forma negativa por un exceso de leptina. Al observar este grupo especializado de células los investigadores observaron que se comportaban como si la leptina no estuviera presente, incluso cuando sus niveles eran 40 veces superiores a los observados en las de animales normales. Los científicos también observaron cómo se revertió el proceso cuando los ratones perdieron peso al volver a la dieta baja en grasas.

Enviado por: M. Riestra

 

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